
El consumo excesivo de alcohol no solo puede dificultar la convivencia y generar episodios violentos la lista de consecuencias negativas para la salud es considerable. El alcohol provoca 3 millones de muertes anuales y está relacionado con 200 enfermedades. El riesgo para nuestra salud es todavía es más preocupante en época de coronavirus ya que debilita el sistema inmunitario, aumenta la vulnerabilidad respecto sufrir una neumonía y incrementa la probabilidad de sufrir síndromes de estrés respiratorio agudo (SDRA).
El estrés, el aburrimiento o la falta de acceso a otras drogas pueden incrementar su consumo. Seguramente habrá quien piense que el aumento de su consumo es temporal y está vinculado al confinamiento pero se calcula que el 20% de los que beben diariamente ahora es posible que no puedan dejar de consumir cuando el confinamiento termine. Los cambios estructurales y funcionales de las neuronas del sistema mesocorticolímbico producidos por el consumo repetido harán de este un habito. El alcohol se convertirá en un estímulo tan importante que será muy difícil no consumirlo.